Minirrelatos

1. Mezcla

Blanco negro blanco negro blanco negro blanco negro gris.

2. Dualidad

–¡Ay! ¡Ay!– Exclamaba la mujer mientras el sudor se le acumulaba en su frente.

–¡Sigue, no pares!– Decía el hombre a modo de ánimo.

–¡Ay, ya viene, ya viene!– Dijo finalmente la mujer antes de soltar el último grito.

Y así la vida se abrió camino.

3. Cambio

Al final me reuní con Sebes en los límites del desierto. Estaba exhausto y cansado, tal como yo me encontraba. 

–Bueno, no te diste cuenta, pero yo no soy el primero al que le pasa esto, a mi antecesor también le pasó lo mismo. Y él se fue y vine yo. Enhorabuena, has completado una etapa de tu vida.– Yo ya sabía lo que iba a pasar. Esto se reflejó en la primera lágrima que empezaba a asomar en mi ojo y en las primeras gotas de lluvia que caían en nuestro pelo. 

–No estés triste, no te voy a abandonar, esta etapa la recuerdas mejor que la anterior y por eso no desapareceré en el olvido. Me mantendré al margen de muchas cosas pero en lo importante intervendré.

–Entiendo.– Fue lo único que llegué a decir. 

Tras esto, Sebes y yo nos abrazamos fuertemente, como dos amigos que hubiesen estado pegados desde hace más de 3 años. Era difícil separarse pero era lógico y necesario. Yo había cambiado, había adquirido experiencia y mi mentalidad era diferente, más amplia, Sebes se quedaba pequeño para regir este trono, era demasiado grande para él. 

Finalmente, Sebes se separó de mi, subió a su bicicleta plateada y me dijo adiós con la mano mientras se metía en los rincones de mi mente para dejar espacio a la mentalidad que llegaba en coche desde el lugar por donde desaparecía el ciclista. Un Delorean de color negro con franjas rojas a los lados (más tarde supe que se llamaba Delorio) llegó a toda velocidad  hacia mi. En el último instante frenó en seco, derrapó, y un chico con unas gafas de color rojo metalizado salió de su interior.

–Hola.– Dijo tendiéndome la mano.– Mi nombre es Alembic, pero puedes llamarme Alem.